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¿Por qué no sales del barro productivo?


El barro productivo es esa situación de ruina productiva en la que muchas personas viven a diario. Lo saben, lo admiten pero no hacen nada por salir de ahí. “Sí, el barro es sucio, sí, es repugnante, sí, lo impregna todo pero, al fin y al cabo, no me hundo del todo”.
¿Por qué no somos capaces de mejorar nuestra Productividad? ¿Por qué a diario nos ahogamos en el mar de tareas, estrés, compromisos y no somos capaces de salir de ahí? Sabemos que algo va mal, lo admitimos y somos capaces de formularlo y hasta escribirlo. Pero seguimos chapoteando en el barro lamentándonos y sin hacer nada.

Leía el otro día que el 95% de los libros de Productividad y Autoayuda se quedan en las estanterías de las casas y jamás son abiertos. De 100 personas que los compran sólo 5 los llegan a leer.

Pareciera como si el hecho de comprarlo y ponerlo junto al de recetas de cocina y la novela de moda fuera suficiente para cambiar las cosas. Lo compramos, y yaacallamos nuestra conciencia, o nuestro sexto sentido, o nuestra mente que un día sí y otro también nos dice que hay algo que va mal. O que van mal muchas cosas. “Me compro un libro… y ya mejoraré”.
“Berto, me he comprado tu libro… ahora a ver si encuentro tiempo para leerlo”. Esto es algo que más de una vez me han dicho. ¿Sabes qué? Que si de 1.440 minutos que tiene el día no encuentras 15 para leerlo es porque no te interesa en absoluto. Ni este libro ni ningún otro. Sencillamente no te interesa mejorar. Piensa en otra cosa.
Quienes viven en el barro productivo comparten una sintomatología común: su rendimiento es bajo o muy bajo, nadan a contracorriente en el mar de tareas, sufren el estrés, su creatividad está por los suelos, apenas tienen vida personal o familiar, etc. Ellos lo saben, se lamentan pero luego prefieren seguir chapoteando en el barro. No cambian, no mejoran. ¿Por qué demonios alguien así no quiere mejorar? Al fin y al cabo, ¡es su vida y sólo tienen una!
Aquí tienes mis 7 razones favoritas por las que alguien no sale del barro productivo:
1. Cambiar supone esfuerzo
La Productividad te cambia la vida por completo pero exige sacrificios, tomar decisiones y esforzarte. Desarrollar nuevos hábitos requiere afán de superación, espíritu positivo, optimismo, determinación y trabajo. ¿Estás dispuesto o no?
2. Estoy con la mayoría
Muchos creen que esto de la Productividad es de bichos raros, de geeks “raritos” o outsiders que van en contra de lo que hace la mayoría. Salirse del rebaño da miedo y más cuando trabajas en una oficina con más compañeros (”Van a pensar que quiero destacar”). Estar al calor de lo que hace la mayoría acalla tu conciencia.
3. Piensas demasiado pero no haces nada
Leer sobre ello ayuda, pensar sobre ello ayuda, meditar sobre ello ayuda, planear sobre ello ayuda… pero todo ello NO VALE PARA NADA si no mueves el culo y lo haces. Cualquier mejora exige un cambio. Deja de darle vueltas y más vueltas, traza un plan pero sobre todo ponte en marcha. Sencillamente… empieza.
4. Los demás tienen la culpa
(Esta es mi disculpa favorita) “Es que yo no trabajo solo y es muy difícil ser productivo con mis compañeros… tú no conoces mi empresa”. Distracciones, interrupciones, falta de compromiso, ausencia de motivación, procrastinación o poco rigor son cosas que SÍ pueden tener quienes te rodean pero que en modo alguno te impiden mejorar a ti. Es como decir “estoy gordo porque en mi barrio sólo hay McDonalds”. Esfuérzate y encontrarás.
5. Quejarse sale barato
Los “llorones productivos” o las “plañideras vitales” son ese tipo de gente que no para de quejarse por lo mal que le va pero no luego no hace ABSOLUTAMENTE NADA por cambiar. Son un auténtico coñazo, porque no sólo su vida es un desastre, sino que además no paran de contarlo a todos. Les saludas, les das un abrazo o chocas la mano con ellos, y tras un “¿qué tal te va?” empiezan a soltar el rosario de penurias. Viven para quejarse.
6. Estás rodeado de demasiadas cosas
Simplificar, soltar lastre, desprenderte de lo que sobra y conseguir una vida más sencilla libre de compromisos y cosas que están de más tiene un propósito claro. Y no es decir: “mira qué vida más zen llevo” sino concentrarte en lo IMPORTANTE. Cuando quitas las tonterías de tu alrededor ves lo importante, te concentras en lo importante, te esfuerzas en lo importante. Tenemos tantas cosas (tareas estúpidas, compromisos absurdos, hábitos innecesarios…) en nuestro día a día que es imposible salir de ese barro. Porque todo lo que no suma, resta.
7. Es más fácil decir que es imposible
“Lo que tú pides es imposible”, me han dicho en alguna ocasión. En primer lugar yo no pido nada. Sólo escribo y cuento cosas que me han ayudado a mí con el afán de que te puedan ayudar a ti.
Yo, a diferencia de otros, SÍ creo en el Pensamiento Positivo y en el Optimismo. Sencillamente porque un pensamiento positivo es mejor que uno neutro u otro negativo porque te EMPUJA a hacer y a mejorar las cosas. Lo he experimentado en mi propia revolución personal y lo sigo viviendo a diario. Y por eso lo cuento.
Decir que es imposible es el primer paso para que sea imposible.
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Una hora de compromiso al día



Una hora de compromiso al día

“Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino.” Charles Reade (1814-1884) Escritor inglés.


Artículo original de Jero Sánchez. Sígueme en Twitter.
La esencia de la productividad y del desarrollo personal es adquirir buenos hábitos y, en la medida de lo posible, deshacerse de los malos. Tan simple como eso. Pero si has intentado hacer un cambio de hábito alguna vez, sabrás por propia experiencia que decirlo es más fácil que hacerlo. Afortunadamente, la adquisición de nuevos hábitos es un aspecto que ha sido muy estudiado por muchos expertos en desarrollo personal, y en este blog ya hemos dado cuenta de algunos trucos y técnicas que han demostrado su eficacia en muchas ocasiones.

Ahora bien, seamos sinceros. Podemos utilizar todos los trucos que queramos: a la hora de la verdad muchos hábitos se nos siguen resistiendo. ¿Tenemos que aceptar que nunca seremos capaces de cambiarlos, o todavía nos queda un arma ultrasecreta para hacer frente a esos hábitos indestructibles?


Bueno, no se trata de un arma ultrasecreta, pero todavía hay una esperanza. Una técnica denominada “el compromiso de una hora diaria”.

La mayoría de los expertos opinan que, para consolidar un nuevo hábito, hay que repetirlo entre 30 y 60 días seguidos, sin interrupción, dependiendo de lo resistente que sea el “mal” hábito que estemos tratando de sustituir. El problema es que un compromiso de 60 días es más de lo que muchas personas están dispuestas a afrontar.

En estos casos, en lugar de enfocarnos en el largo plazo, a veces funciona mejor fijarnos un compromiso a corto plazo. Obligarnos a cumplir un compromiso durante un día, o incluso una sola hora, ciertamente es mucho más sencillo que comprometernos todo un mes. Psicológicamente hay mucha diferencia.

Imagina que quieres empezar a hacer ejercicio y tomar más agua todos los días. Bueno, pues hoy reserva una hora de tu día y, durante ese tiempo, haz 30 minutos de estiramientos, caminata o pesas, y toma 1 litro de agua. No hagas otras actividades, es tu hora de compromiso diario. Mientras haces ejercicio y tomas agua, sé consciente del momento, disfrútalo y alégrate por la victoria que estás consiguiendo.

Es importante que no pienses en mañana, o en la próxima semana. Tu único objetivo es hoy, es esta hora. Es un compromiso sencillo. Mañana, Dios dirá. Al final, felicítate y prémiate con algo que te guste. ¡Lo has conseguido!

Al día siguiente, si quieres puedes tomarte un descanso. Pero si te sientes con fuerzas, inténtalo de nuevo. Te aseguro que si el nuevo hábito es algo que deseas de verdad –es decir, no es un “debería”–, la adrenalina de la victoria conseguida el día anterior será suficiente para querer ir a por más.

De esta forma, poco a poco y sin darte cuenta, el hábito se empezará a consolidar. Al principio con compromisos de un sólo día. Luego de tres días seguidos. Después de una semana. Hasta que, finalmente, cumplir tu compromiso durante todo un mes no será ningún problema, y el hábito pase a formar parte natural de tu conducta.

¿Tienes hábitos especialmente resistentes que te ha costado desterrar? ¿Habías intentado alguna vez este ejercicio? Comparte tu experiencia con nosotros en un comentario.
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12 Mandamientos gerenciales.



  1. El cambio
    “No hay progreso sin cambio”
    El cambio, actualmente, es un elemento clave en toda industria debido al mundo tan dinámico en el que nos encontramos.
    “El cambio puede llevarse a cabo en diferentes áreas: negocio, tecnologías utilizadas, actitudes, administración, procesos y organización, entre otras.”
    -Vía La gerencia del cambio
    El gerente de hoy debe, por tanto, ser capaz de prever lo mejor posible las tendencias de su industria y sobretodo, saber manejar el cambio para que la organización pueda adaptarse eficientemente a su entorno cambiante.
  2. Integridad
    “La integridad no necesita reglas.”
    La integridad trata tanto de los valores como la honestidad y el respeto que tengas, como, también del compromiso con tus empleados y clientes para servirles al máximo siempre. La integridad es el cumplir con tu palabra y compromisos.
    “La confianza con que los demás hacen negocio con un empresario dependen en forma crítica de su integridad.”
    -Vía La gerencia del desarrollo personal
  3. Humildad
    “Se puede ser grande con humildad.”
    -Anónimo.
    La humildad es el conocimiento de nuestras propias limitaciones y que hay gente más inteligentes y capaces que uno en ciertos aspectos. La humildad no se trata de subestimar nuestra capacidad y talento sino de estar abiertos a las opiniones y recomendaciones de otros y a la autocrítica, así, hemos de reconocer nuestros errores para poder crecer.
  4. Innovación
    “Al mundo lo mueven las ideas”
    El desarrollo es el resultado de la innovación y para esta se debe ser capaz de generar ideas y de cuestionar las reglas aceptadas por todos.
    “El éxito de una empresa consiste en tener la capacidad de redefinir constantemente las reglas del juego.”
    -Alberto Knapp, The Cocktail
  5. Trabajo en equipo
    “Ninguno es tan inteligente como todos nosotros juntos.”
    -Ken Blanchard
    Ninguno de nosotros puede lograr grandes cosas por si solos, necesitamos la ayuda de otras personas para lograrlo. Un gerente debe inspirar a su gente para que todos trabajen unidos hacia un el cumplimiento de ciertos objetivos claramente definidos.
    “Conseguir buenos jugadores es fácil. Conseguir que jueguen juntos es la parte más difícil.”
    -Casey Stengel (Vía Las reglas del management)
  6. Aprendizaje
    “Aprender es una labor para toda la vida.”
    El gerente debe ser un estudiante, la curiosidad intelectual y la mente abierta son grandes aliados del progreso. Debemos aprender a aprender con el fin de ser mejores cada día.


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Gestiona mejor tu vida, de Berto Pena



Foto por ThinkWasabi.com
Artículo original escrito por Jero Sánchez. Sígueme en Twitter.
Berto Pena se ha convertido en los últimos tiempos en todo un referente en cuanto a productividad personal en español se refiere. Desde su blog ThinkWasabi, y ahora con su nuevo libro “Gestiona mejor tu vida. Claves y hábitos para ser más productivo y eficaz”, nos propone nuevas ideas y enfoques originales para alcanzar nuestros objetivos vitales, de forma creativa y relajada.
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Hace unos días Mark Cuban republicó en su blog unos consejos para hacerte rico. Algo sabe de esto, porque él ha creado y vendido empresas y ha llegado a ser multimillonario. Los consejos están repletos ......
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Hacer primero lo primero


de Simplicidad
“Ser proactivo" es el primer hábito de “los siete hábitos de la gente altamente eficaz” de S. Covey. Ser proactivo es, no solo tener iniciativa y aportar soluciones, sino que es aceptar la responsabilidad de nuestras acciones. Es admitir los errores, corregirlos y aprender de ellos.
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