A la hora de elegir entre nuestra multitud de tareas pendientes, las consecuencias potenciales de hacer o no hacer cada una de ellas son las que determinan su importancia. En el capítulo 4 de
“Tráguese ese sapo”,
Brian Tracy formula dos reglas que se derivan directamente de este principio:
¿Cómo puede predecirse en los Estados Unidos de América (y me temo que en cualquier parte del mundo) la ascensión social y económica?, ¿cómo saber con antelación si un individuo tendrá éxito en la vida y en el trabajo? Ni los antecedentes familiares, ni la educación recibida, ni la raza o el grupo étnico, ni las relaciones con que cuente… Lo determinante para saber si estamos ante un “caballo ganador”, según
Edward Banfield, de la Universidad de Hadvard es la
perspectiva a largo plazo. Esta idea nos lleva a la primera de las dos reglas que formula Brian Tracy para explicar la importancia de estudiar las consecuencias:
Primera regla: El pensamiento a largo plazo mejora las decisiones a largo plazo
O ascender a la montaña con un ojo puesto en el camino, y otro en la cumbre. Tener claro lo que queremos para nosotros y nuestro trabajo dentro de cinco, diez o veinte años, y analizar nuestras conductas de hoy pensando si son o no coherentes con ese futuro deseado hace más fácil adoptar buenas decisiones sobre lo que hacer a corto plazo. Si una tarea pendiente tiene una consecuencia potencial a largo plazo es importante, si no, no lo es.
Segunda regla: el futuro decide las influencias y suele determinar las acciones actuales
Partiendo de la base de que tenemos un visión clara de nuestro futuro, tenemos dos alternativas:
- Retrasar la gratificación, y hacer sacrificios en el corto plazo para disfrutar de recompensas en el largo plazo (ahorrar, estudiar, madrugar, hacer deporte, hacer dieta…)
- Anteponer el placer a corto plazo y la gratificación inmediata y sacrificar así el largo plazo
Los perdedores hacen lo que alivia tensiones mientras los ganadores hacen lo que logra objetivos
Si en nuestra lista de acciones pendientes tenemos una con grandes consecuencias positivas potenciales, hemos de empezar de inmediato con ella, igualmente, si alguna puede tener amplias consecuencias potenciales negativas si no lo hacemos ya.
Empezar y completar las tareas pendientes que aportarán una mayor diferencia positiva para nosotros es un hábito que, si no tenemos, debemos adquirir. Hagamos lo que hagamos, el tiempo va a seguir fluyendo de forma ininterrumpida, la pregunta es ¿qué uso vas a hacer de él y a donde te llevará al cabo de los meses y años?