X FECHAS

x orden alfabetico

ENLACES

+ vistas

varios

VARIOS


Contador Gratis
relojes para blogger html clock for websites contador de usuarios online
PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

APRENDER A SER FELIZ .

De Compañeros
Al parecer, la felicidad está condicionada por ciertas características de la personalidad, de una elección o de una actitud que pueden ser modificadas mediante el aprendizaje.
Analizando características de gente que se considera feliz, Michael Fordyce elaboró un programa de formación para la felicidad centrado en determinados rasgos fundamentales que he intentado resumir. No se trata, desde luego, de aportar recetas (que no hay), sino de ofrecer ciertos puntos de reflexión.
El principio en el que se inspira el trabajo de Fordyce es sencillo: Si uno puede ser como es la gente feliz, podrá también ser feliz. La felicidad se puede aprender...

Ser más activo y permanecer ocupado. La gente feliz se implica activamente en la vida y pasa más tiempo que las demás personas realizando tareas que le resultan agradables y entretenidas. Una vida activa genera más felicidad que una vida pasiva, lo cual viene a acentuar los contrastes existentes entre la vida llena, activa y placentera, propia de la gente feliz, y la vida tensa y crispada de la gente infeliz, o incluso la vida inactiva y aburrida de otros.


Dedicar más tiempo a la vida social. Los vínculos sociales son fundamentales. La gente feliz participa en actividades tanto formales (organizaciones, clubs), como informales (amigos, colegas de trabajo, familia extensa). estas interacciones contribuyen a crear sentimientos de satisfacción, mantenimiento y pertenencia que se suman a la sensación general de bienestar.


Ser productivo en un trabajo satisfactori o. La felicidad se asocia a menudo con un trabajo destacado y a una actividad productiva. La satisfacción de vivir parece estar vinculada a un empleo agradable.


Organizarse mejor. Alguien feliz se organiza bien, no deja los asuntos para otro día, es eficaz y se planifica. Su capacidad organizativa no se manifiesta sólo en su visión cotidiana de la vida, sino también en sus proyectos a largo plazo y en su sentido de la orientación vital.


Evitar el agobio . La felicidad de uno es inversamente proporcional a la cantidad de tiempo que dedica a pensamientos negativos. Así, la inquietud es enemiga de la felicidad; esto aunque la mayoría de las inquietudes no se cumplen nunca y la mayoría de las preocupaciones superan, a menudo, la capacidad de control de una persona. El equilibrio entre una planificación adecuada y una inquietud mínima, favorece un buen porcentaje de éxito en la vida y un mínimo de pensamientos desagradables y de coerción mental.


Adecuar correctamente las expectativas y las aspiraciones: Nuestra felicidad no descansa únicamente en lo que nos ocurre, sino también en lo que anticipamos. Las expectativas, las aspiraciones y el éxito repercuten en la felicidad:
Las expectativas demasiado elevadas rara vez se cumplen y suelen generar decepción; en cambio, expectativas moderadas suelen conducir a una satisfacción mayor de la prevista. Nuestra cultura sobreestima el protagonismo que ejerce el éxito en la felicidad. Incluso aunque el éxito parezca incidir en ella, su impacto y efecto a largo plazo es menor, cuando se compara con factores más influyentes, como la calidad de la vida familiar y social. Se considera equivocadamente que la felicidad es resultado de una vida exitosa y, dado que el éxito se alcanza tras años de sacrificio y trabajo, la gente percibe la felicidad como algo que tuviera que remitir para más tarde, en espera de que ese éxito se cumpla. La gente feliz no cae en esa trampa cultural; no espera la oportunidad de ser feliz. Considera la felicidad como una especie de viaje, más que como un lugar al que llegar. El secreto de una vida más feliz descansa generalmente en el presente y no en un futuro incierto y continuamente pospuesto. Alguien feliz logra lo que quiere porque quiere aquello que es capaz de lograr. Escoge objetivos a su alcance, obteniendo así logro tras logro. La gente infeliz alberga ambiciones imposibles de alcanzar y percibe su vida como una cadena de fracasos. La felicidad está asociada más a éxitos en la consecución de objetivos alcanzables, que a fracasos obtenidos por buscar imposibles.

Desarrollar un pensamiento positivo y optimista : Una mentalidad positiva y optimista es quizá el rasgo más característico de la gente feliz. El optimismo es una interpretación positiva de los acontecimientos. Lo que determina la felicidad no es lo que se tiene, sino cómo se percibe lo que se tiene. El optimismo es una actitud perceptiva que centra la atención de alguien. Una persona termina por lograr lo que busca. En el mundo se producen suficientes cosas buenas y suficientes malas como para permitir a cada uno concentrar sus preocupaciones sobre cada una de esas realidades. Si alguien busca cosas negativas en la vida, dispondrá de suficiente material para hacerlo, lo cual también sirve para los asuntos felices. El optimismo es una predicción que se realiza por sí misma. Si uno trata de que algo funcione bien, su propio comportamiento aumentará la probabilidad de conseguirlo. El optimismo es una creencia del tipo «Ocurra lo que ocurra, será para bien». La interpretación puede acabar siendo más fuerte que la realidad. Sea cual sea la circunstancia, las emociones de una persona no deben ser necesariamente dictadas por la situación. Una persona es siempre (potencialmente) libre de escoger hasta qué punto se va a sentir feliz.

Estar centrado en el presente: Las personas felices se vuelcan en el presente y parecen extraer el máximo placer de las oportunidades cotidianas. La felicidad se encuentra más fácilmente en el aquí y ahora. La gente feliz valora más sus días que la infeliz, sobre todo porque su atención no está teñida por los pesares y lamentaciones del pasado o por las incertidumbres del futuro.

Trabajar en busca de una personalidad sana: La gente feliz se encuentra mentalmente sana y más libre que la población en general de padecer cualquier padecimiento psicológico.
Se ama ,tiene un concepto positivo de sí mismo.
Se acepta ,adecuándose a sus imperfecciones e insuficiencias personales.
Se conoce ,con lo que toma decisiones adecuadas.
Se ayuda ,tiene costumbres y capacidades de auto-suficiencia que le permiten alcanzar el éxito en la vida de un modo autónomo.

Desarrollar una personalidad atractiva: La felicidad parece ser más acentuada en quienes gozan de una vida social activa, con una personalidad atractiva, tanto en el plano cognitivo como en el plano del comportamiento.

Ser uno mismo: Las personas felices tienden a seguir siendo ellas mismas. Términos como natural, espontáneo, auténtico, sincero, honrado, expresivo, franco, leal, abierto, tienen que ver con este hecho. La autenticidad es particularmente importante en el amor y la amistad: Cuando alguien se expresa honradamente, las cosas suelen funcionar más a menudo a su favor que en el caso contrario. Para encontrar gente que pueda amarnos tal como somos, tendremos que presentarnos tal como somos desde el primer momento. Además, los lazos de la pareja y de la familia parecen ser la fuente de felicidad más importante, independientemente de la renta o el nivel social.

Reflexionar sobre la felicidad: La gente más feliz atribuye mayor importancia a la felicidad, de lo que lo hacen otras personas. Además, parece haber reflexionado mucho sobre el tema, tiene una intuición penetrante sobre las fuentes fundamentales de la felicidad, una mayor sensibilidad para con las emociones felices y una mejor apreciación de éstas en su vida. El logro de felicidad puede estar estrechamente ligado a la importancia del deseo de ser feliz y al valor que cada cual le atribuye. En este sentido, es un objetivo posible, nada diferente de otros objetivos que una persona pudiera plantearse. La persona que tiene más oportunidades de alcanzarla es aquélla que piensa en su objetivo y que lo ha analizado exhaustivamente, aquélla que realiza mayores esfuerzos y aquélla, sobre todo, que posee una información acertada sobre el modo de lograrlo.
Leer más...

Hacer la declaración de la renta por Internet

Hacer la declaración de la renta por Internet


La web y los programas para realizar la declaración telemática en España destacan por su sencillez de uso y accesibilidad

La Agencia Tributaria es un caso de éxito arrollador en Internet. El año pasado se alcanzó el 48% de ciudadanos conectados para realizar la declaración de la renta online, y la cifra de declaraciones telemáticas se acercó a los cuatro millones. Aunque muchas de estas declaraciones proceden de los ordenadores de las gestorías, no es menos cierto que la presentación telemática funciona, es relativamente fácil y está al alcance de cualquiera con un ordenador conectado a Internet.

Darío Pescador Albiach
Mayo de 2007



Primera misión, el certificado digital

Para hacer la declaración antes hay que convertirse en 'ciberciudadano', es decir, hay que conseguir un certificado digital.


Esta es la única parte del proceso para la que hace falta levantarse del asiento y dar unos cuantos pasos en el mundo físico. El certificado digital es un pequeño archivo que contiene una clave.

Esta es la única parte del proceso para la que hace falta levantarse del asiento y dar unos cuantos pasos en el mundo físico

Mediante esta clave se cifran todas las comunicaciones con la Agencia Tributaria, lo que garantiza la confidencialidad de los datos. Es decir, incluso si alguien consiguiera interceptar la comunicación, no podrían descifrar lo que se está transmitiendo.

Para obtener el certificado hay que seguir estos pasos.

  1. Acceder a la página de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, proyecto Ceres (FNMT) y hacer clic en la opción Solicitud vía Internet de su certificado. Con esto se obtiene un número de solicitud que se puede imprimir.

  2. Ir en persona a una de las entidades de certificación (ayuntamientos, delegaciones de la Agencia Tributaria, oficinas de la Seguridad Social y otros), identificarse con el DNI o NIE, y entregar el número de solicitud del paso anterior.

  3. Acceder de nuevo a la página de la FNMT y, usando el número de solicitud del primer paso, ya se podrá descargar el certificado e instalarlo en el programa de navegación.

El certificado se puede ver instalado en el programa Internet Explorer si se selecciona 'Herramientas > Opciones de Internet', y dentro de la ventana se accede a la pestaña 'Contenido' y se hace clic en 'Certificados'. Deberá aparecer un certificado emitido por FNMT Clase 2. En el caso de Firefox se selecciona 'Herramientas > Opciones' y en la sección 'Avanzado' se abre la pestaña 'Cifrado'.


Si en una misma familia hay que hacer varias declaraciones, se pueden instalar tantos certificados como sea necesario en un mismo ordenador. Cada uno aparecerá en la lista con su nombre correspondiente.

Si en una misma familia hay que hacer varias declaraciones, se pueden instalar tantos certificados como sea necesario en un mismo ordenador

El certificado ya está instalado en el navegador, pero conviene hacer una copia de seguridad. De este modo se podrá instalar en otro ordenador diferente. En la misma ventana mencionada arriba se selecciona el certificado y a continuación se hace clic en 'Exportar', o en el caso de Firefox, 'Copia de seguridad'.

El certificado se tiene que exportar introduciendo una clave privada. Cada vez que se instale el certificado habrá que introducir otra vez la clave, así que conviene no olvidarla, y no dársela a nadie. El resultado es un archivo con la extensión .p12 o .pfx.

Segunda misión: los datos fiscales y el borrador

Armado con el certificado digital, el usuario puede acceder a muchas de las opciones personalizadas del sitio web de la Agencia Tributaria, www.aeat.es. La primera es averiguar qué datos fiscales tiene Hacienda sobre él.

Para acceder a los datos de 2006 sin certificado hay que solicitar un número de referencia; con el certificado es inmediato

En la página de la AEAT hay un enlace directo a la campaña de la renta y patrimonio , en este caso, correspondiente a 2006. En esta página se selecciona el enlace 'Datos fiscales On-line', que se han almacenado desde el año 2004.

Para acceder a los datos de 2006 sin certificado hay que solicitar un número de referencia, que se envía por carta o SMS. Con el certificado es inmediato, basta con seleccionar el nombre adecuado cuando aparezca la ventana de diálogo. La página de los datos fiscales se puede consultar o imprimir, como otra página cualquiera.

Con estos datos, Hacienda elabora borradores de la declaración, sobre todo para quienes utilizan la versión simplificada, es decir, asalariados que tienen una nómina. Para acceder al borrador a través de Internet hay entrar en el Portal de servicios personalizados, identificándose con los datos personales o el certificado digital.


Es una especie de menú con todas las opciones a las que tiene acceso un ciudadano concreto, como consulta de los datos, estado de sus tramitaciones o, en este caso, la solicitud de un borrador. Si está correcto, se puede confirmar el borrador, con lo que la declaración ya estará presentada.

Si no se usa el borrador

Según la AEAT, las declaraciones por Internet reciben antes la devolución

Para quienes no usen el borrador, la forma más sencilla de presentar la declaración de la renta es usar el famoso programa de ayuda, antes llamado PADRE (Programa de Ayuda para la Declaración de la Renta).


Para instalar el programa hay que descargar el archivo de instalación. Lo más sencillo es la descarga en un único archivo, pero las personas con conexiones lentas pueden necesitar descargarlo por partes. Una vez completada la descarga hay que hacer doble clic en el archivo para que se instale en el ordenador.

Nada más empezar aparece un asistente que guía al usuario para rellenar paso a paso todas las hojas que le correspondan

En sus primeras versiones, este programa presentaba una versión electrónica de los impresos de la declaración. Las ventajas eran muchas, porque se podían hacer todas las correcciones necesarias, y en cada una de las casillas había ventanas de ayuda disponibles que explicaban cada concepto.

Nada más empezar aparece un asistente que guía al usuario para rellenar paso a paso todas las hojas que le correspondan. El programa también se ocupa de realizar todas las operaciones de cálculo de las desgravaciones, sumas, porcentajes y el resultado final.

Desde que la AEAT incorporó el registro de datos fiscales, las cosas son aún más fáciles. Ahora es posible importar directamente los datos desde la página de la AEAT, siempre que se disponga de certificado.

En el programa se selecciona la opción de importar datos fiscales a través de Internet, con lo que se abrirá una ventana del navegador y se descargará un archivo. Este archivo se incorpora a la declaración en el programa de ayuda y, 'voilà', ya no es necesario rellenar más casillas (con algunas excepciones).

Cuando todos los datos están incorporados al programa de ayuda, es posible enviar la declaración directamente a través de Internet

Cuando todos los datos están incorporados al programa de ayuda, es posible enviar la declaración directamente a través de Internet, de nuevo, si el usuario tiene certificado. Esta vez el programa genera un archivo cifrado con los datos del contribuyente, que se envía al sitio web de la AEAT. El programa da la opción de imprimir una copia, si es necesario.


Antes de apretar el botón

Los datos que tiene la Agencia Tributaria puede que no estén completos, o no sean correctos

El programa de ayuda se encarga de recordar al usuario las casillas que se han dejado sin rellenar, o las cuentas que no cuadran, para que las corrija. No obstante conviene repasar algunas cosas.

Los datos que tiene la Agencia Tributaria puede que no estén completos, o no sean correctos. Por ejemplo, en el borrador o en el listado de datos fiscales es común que no se incluya la desgravación por vivienda habitual, lo cual puede ser la diferencia entre una declaración positiva y una negativa.

Los ingresos por actividades económicas (de los autónomos o empresas), aunque estén registrados, habrá que introducirlos manualmente, porque no se pueden importar. También hay que verificar todas las desgravaciones a las que se tenga derecho, incluidas las autonómicas.

Los ingresos por actividades económicas habrá que introducirlos manualmente, porque no se pueden importar

Si la declaración sale a devolver, es importante introducir un número de cuenta para recibir la transferencia. Según la AEAT, las declaraciones por Internet reciben antes la devolución, así que es una buena razón para usar la Red.

En el caso de que haya que pagar, tampoco hace falta levantarse del asiento. En la web de la AEAT se accede a Oficina Virtual, y allí a Autoliquidaciones.

Los pagos se pueden hacer por tarjeta de crédito o mediante el pago en cuenta, con determinados bancos. En este último caso, el banco genera un código llamado NCR, que es un justificante de que el pago está autorizado por el contribuyente. Con este código ya se puede realizar el pago sin necesidad de hacer cola en la ventanilla del banco.


Leer más...

Selección de personal, decisión personal

Selección de personal, decisión personal

Por Marcelo Bonzón

Si la actividad de su empresa ha comenzado a crecer y se ha dado cuenta de que muchas tareas no pueden ser cubiertas con la cantidad de personal actual, seguramente ya estará pensando en la necesidad de contratar más gente.

Y si no está seguro de la decisión que está por tomar (o de la que ya se tomó) y no está en condiciones de acudir (o no quiere) a un profesional para que lo asesore en la búsqueda y selección de personal, entonces no puede dejar de leer este artículo.  

El reclutamiento y la selección de personal son - sin lugar a dudas – algunos de los aspectos más críticos en la gestión de muchas PyMEs.  

La carencia de un proceso formal de selección, han conducido a un buen número de estas empresas a ejecutar esa difícil tarea de un modo improvisado, pagando muy caro después el error de haber incorporado "alguien" que no era la persona deseada. Y de ese "pequeño" error, después se desprende otro problema que quita buena parte de tiempo (y dinero), y que es la forma en que esa persona que "tomamos" se vaya... Si, si, primero la incorporamos y al poco tiempo queremos que se vaya por sus propios medios (claro, porque indemnizarla tiene un alto precio). Y aunque a muchos les cueste reconocerlo, esta situación es bastante común, e inclusive, hasta se ha repetido más de una vez.



Qué se debe tener en cuenta

A la hora de buscar personal para contratar y cubrir un puesto, son muchos los factores que deben tomarse en cuenta.  

Uno de los principales errores que cometen quienes no tienen experiencia en este difícil proceso, es dejarse llevar por la intuición, por ese "algo" que hay en el interior "que dice" que hay que contratar a aquella persona porque "se parece bastante a" (a mi, a otro, a un empleado que tuve, a un empleado de la competencia que no puedo tener..., etc), en lugar de contratar a la persona que mejor respondería a las necesidades de la empresa, comercio o negocio.

El problema de contratar a alguien dejándonos llevar por nuestras creencias, es que no hay posibilidad de confrontación con nuestras ideas y con las reales necesidades que tiene la empresa. Es cierto que cuando la cantidad de cosas por hacer va en aumento, se incrementa paralelamente el riesgo de que se cometan errores. Y así muchas veces se generan incumplimientos en las entregas, defectos de fabricación de un producto, mala calidad de servicios, y un montón de cosas que nadie quiere mencionar, pero que siempre están.

El hecho de "creer" que la persona que hemos tomado es la ideal porque "parece" que va a dar todo de sí y que es capaz de hacer cualquier tarea que le encomendemos, es una ocurrencia totalmente absurda. Además de que no existen personas así (o casi no las hay), es decir, que "hagan de todo un poco" (y que lo hagan bien), casi nunca "todo es muy sencillo" y menos se da que "cualquiera lo puede hacer". Y si alguien hace "de todo un poco", definitivamente no lo puede hacer todo.



Algunas breves recomendaciones

La mayoría de las PyMEs que desarrollan actividades en nuestra región, son empresas de servicios o comerciales, y mas allá de la actividad o sector en el que se desenvuelven, todas tienen un punto en común: el éxito o el fracaso reside en su personal.

No digo nada nuevo invocando la metáfora de que el personal constituye el cimiento de la empresa o el andamiaje fundamental sobre el cual se apoya el éxito del negocio y un montón de cosas que "suenan lindo". Pero entonces... ¿por qué no elegimos bien a quienes nos van a acompañar en la empresa cuando tenemos la oportunidad de hacerlo?

Alguien podría decir que en las PyMEs se cometen muchos errores en la selección porque no tienen los recursos de las grandes empresas que poseen un área de Recursos Humanos para desarrollar esta tarea, o que pueden contratar psicólogos o consultores que seleccionan personal, los evalúan y recomiendan aquellos que consideran más idóneos para ocupar ese puesto requerido. Si Ud., estimado lector, es de los que todavía piensa así, le diré algo: un profesional que lo asesore siempre le costará menos que el error que puede llegar a cometer por la improvisación.

No obstante, como en muchos casos, hay excepciones, y en este contexto hay algunas empresas que "algo" del proceso de selección llevan adelante (aunque es más informal que formal).

Así entonces, como no es mi intención describir el proceso formal de selección, le propongo explorar algunas sugerencias para mejorar esa difícil tarea.  

Y recuerde siempre que, antes que nada, su empresa se sustenta en el personal.



1) No contrate al primero (o a la primera) que vea.
Muchas veces he escuchado comentarios del tipo "no vale la pena perder tiempo" o "el primero que se presente, lo tomo". Parecería que hacer ésto resulta más barato, porque uno se ahorra el tiempo en entrevistas o en anuncios en los diarios... Cuanta equivocación junta!!! Donde se pierde tiempo y dinero, es en atender mal a los clientes. Y nadie puede darse el lujo de seleccionar erróneamente y afectar con ello la productividad, generar un mal desempeño o empeorar el servicio (eso si es perder en serio). Algo de cierto tiene la frase que dice "nunca hay una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión"; pero no se deje llevar por eso. Antes de contratar a alguien, siempre es conveniente entrevistar a varias personas. Recién allí, tome una decisión.

2) No prometa lo que no va a poder cumplir.
No ofrezca comisiones, aumento paulatino del sueldo, capacitación o beneficios extra-laborales, si sabe que nunca lo va a hacer o no podrá cumplir. No diga que "hay total libertad para hacer las cosas", si después está detrás de cada persona "para ver que hace" o controlar "si hizo o no hizo" lo que le pidió. Evitar esto, lo ayudará a reducir la rotación de personal que se genera cuando las personas se van después de sentirse engañadas.

3) Pruebe conocimientos.
Es importante poder en confiar en otra persona; pero si aun no la conoce, no crea ciegamente en lo que le dicen. Si le dicen que maneja bien una PC, ofrézcale una oportunidad de demostrarlo. Si menciona que sabe manejar una máquina o manipular determinadas herramientas, hable sobre ello. Si menciona que habla otro idioma, mal no estaría que hable con él en ese otro idioma (o hágale una prueba si es necesario). Muchas veces una persona que busca trabajo menciona conocimientos, habilidades o experiencias de un modo exagerado, o que no posee, o en las cuales apenas se inicia.

4) Compruebe sus referencias.
No se quede con leer el Currículum Vitae para saber donde trabajó una persona y las referencias que cita. O lo que es peor aun: no se quede con lo que le digan (esa persona, o un amigo o familiar). Muchas personas dicen la verdad, y otras tantas la ocultan o ...mienten!. Llame, pregunte por esa persona, procure comprobar si es cierto lo que cita en su Currículum, averigüe por qué dejó el empleo, pregunte por su jefe y por el trato que tenía. Investigue todo lo que pueda. Cuanto más sepa, más seguro estará de la decisión a tomar.  



Y para ir terminando este artículo, le acerco una última sugerencia que tiene relación con el dinero que esa persona por la cual Ud. se interesó, puede llegar a ganar (y que por cierto no es un tema menor). Más allá de definir cuanto va a ganar, o cuanto podrá llegar ganar, no piense siempre en pagar un sueldo fijo. Estamos acostumbrados a pagar un monto fijo de acuerdo al puesto, sin tener en cuenta los resultados. Siempre nos fijamos cuanto se gana en un puesto parecido en otra empresa, o cuanto ganaba la persona que dejó el puesto vacante. Y eso es lo que pagamos. Sin embargo, hay otras posibilidades como pagar una porción (o el total) del sueldo teniendo en cuenta los resultados que obtiene una persona más que las tareas que ejecuta. Inclusive, hasta se le puede brindar la posibilidad de desarrollar proyectos que contribuyan a su crecimiento y desarrollo personal, y pagarle luego por los resultados que se obtengan por la implementación de ese proyecto. Nadie niega que el dinero es importante. Pero no es lo único en nuestra vida.
Leer más...

Sin creatividad el progreso es imposible (Claudio L. Soriano)


Sin creatividad el progreso es imposible
(Claudio L. Soriano)

Usted no puede pretender seguir haciendo siempre lo mismo y obtener resultados extraordinarios.

Existe una sentencia cuya certeza y veracidad se confirma cada día:

"El primer signo de locura es pretender seguir haciendo lo mismo de siempre a la espera de obtener resultados diferentes. Si usted hace siempre lo mismo, obtendrá, también, siempre lo mismo."

Sin embargo, encontramos muchos responsables de empresas que, erróneamente, aún hoy en día pretenden que así sea. Esperan el milagro. Confían en que sus organizaciones progresarán mientras ellos siguen haciendo lo mismo de siempre. Y esto es imposible.

Si en su empresa no son capaces de crear, innovar, explorar nuevas experiencias, antes o después los consumidores y clientes se encargarán de sacarla del mercado. Y esto así por una razón muy sencilla: si su empresa permanece estática... ¡los consumidores y clientes no! Antes o después ellos seguirán su camino. Y en la medida en que su empresa no sea capaz de seguir ese mismo camino, estará perdida. Así de sencillo. Los miles de ejemplos que todos conocemos no nos dejan mentir.

Si usted pretende que su empresa progrese, tenga éxito, genere mayor rentabilidad, no existe otra alternativa:

su empresa tendrá que ser creativa.

Los mercados cambian continuamente y se hacen cada día más exigentes. Los consumidores y clientes son más educados, conocen mejor los productos (tanto los suyos como los de la competencia), disponen de más dinero para gastar, tienen un abanico más amplio de opciones donde elegir.
Las actuales circunstancias en que operan las empresas exigen un proceso continuo de mejoras: nuevos productos, nuevos servicios, mejoras de la calidad, nuevos sistemas operativos, nuevos enfoques de gestión, mejor atención a los clientes y un largo etcétera.

Lo anterior implica que las empresas deben mejorar, también, de manera continua para poder enfrentar con posibilidades de éxito la creciente competencia de sus rivales en el mercado. Y para mejorar es necesario hacer "cosas" nuevas: nadie mejora haciendo exactamente lo mismo.

Y para crear "cosas" nuevas las creatividad es un arma insustituible.

¿Creatividad o rutina?

El mundo cambia de forma acelerada. Los cambios en la economía, los sectores de negocios, la tecnología, los estilos de vida, son cada vez más rápidos y más numerosos. Es la realidad del tiempo en que nos ha tocado gestionar nuestras empresas.

Para responder a los retos que le imponen los nuevos tiempos, las empresas disponen, básicamente, de dos vías: la vía rutinaria, es decir, hacer siempre lo mismo o, quizá, simplemente, más de lo mismo; o la vía creativa, enfrentar las nuevas situaciones con nuevas respuestas que respondan mejor a las nuevas condiciones.

El problema es que cuando la empresa reacciona de forma rutinaria (hacer las cosas como las ha venido haciendo durante años), en realidad no está respondiendo a las situaciones actuales, si no que pretende resolver los problemas actuales con las respuestas que aprendió en el pasado. El resultado es que la respuesta o solución que se aplica no es eficaz ya que no responde a las verdaderas condiciones y matices existentes en el presente (el pasado nunca se repite con características idénticas).
Nótese que la experiencia (basada en la rutina) constituye una plataforma valiosa, pero debe utilizarse únicamente como punto de inicio a partir del cual se podrá desarrollar la creatividad. Esto así porque la experiencia, por sí sola, no genera nuevas ideas.

En los entornos de negocios de hoy, la creatividad no sólo es importante y necesaria para desarrollar nuevos productos o servicios o para crear un mensaje promocional novedoso y de impacto (como erróneamente algunos creen), si no que la creatividad es absolutamente necesaria para mantener la empresa funcionando y avanzando.

Dos buenas noticias

Las primera buena noticia es que la creatividad, al igual que todas las habilidades intelectuales o mentales del ser humano (como la memoria, el autocontrol, el poder de concentración, etcétera), puede ser aprendida, mejorada y desarrollada a voluntad.

"Nadie nace sabiendo", afirma el proverbio.

Pero, todos podemos aprender. Existen además muchas técnicas, ya debidamente probadas y comprobadas, que ayudan a desarrollar y potenciar la creatividad en las empresas.

La segunda buena noticia es que no existen trucos ni secretos para la creatividad, ni la misma es patrimonio exclusivo de algunos privilegiados.

Uno de los mitos de la creatividad es creer que las ideas nuevas surgen casi por generación espontánea, que les llegan a las personas sin que estas hagan esfuerzo alguno, que se producen "por inspiración"; que, en otras palabras, las ideas les "caen de las nubes" a ciertas personas que tienen la suerte de que eso les suceda.

La realidad es que si existe algún truco o secreto en la creatividad es el siguiente: una nueva idea no es más que una nueva forma de interrelacionar dos o más cosas que ya existían antes, pero que nadie había interrelacionado entre sí con anterioridad.

"Nada surge de la nada". En consecuencia, las ideas tampoco surgen de la nada. (Ver Nota importante, al final de artículo.)

Siempre, siempre, una idea, aparentemente nueva y completamente original, no será más que la unión de dos o más ideas o conceptos que existían antes.

Si analizamos cualquiera de los inventos producidos por el ser humano durante toda la historia de la humanidad, veremos que, en el fondo no son más que, como dijimos antes, el resultado de

"interrelacionar dos o más cosas que existían con anterioridad".

¿Recuerda la frase: "Nada nuevo hay bajo sol"?

Pues, ni siquiera los inventos son, en realidad, completamente nuevos. Veamos, como ejemplo, algunos de los inventos que han revolucionado nuestra forma moderna de vivir: el automóvil, el enlatado de alimentos al vacío, el avión, el teléfono, los supermercados, la tarjeta de crédito, las locomotoras, la fotografía y la cinematografía, los rayos láser, el radar, los ordenadores o computadoras, las medicinas, el aire acondicionado, la electricidad y todas sus aplicaciones, la televisión, etcétera, etcétera, etcétera... ¡hasta las naves espaciales! Todos no son más que desarrollos de cosas que existían antes.

Cuando asimilamos esta realidad y tenemos conciencia plena de la misma, entonces comprendemos que la creatividad no es un misterio, ni un arcano, ni una capacidad especial de algunas personas que han nacido con ella, si no que está al alcance de cualquiera de nosotros.

Y, lo más importante, la misma no está limitada a las grandes empresas o a los grandes profesionales: en las medianas y pequeñas también se puede desarrollar la creatividad, en especial, para solucionar los problemas y adoptar las decisiones que se tienen que tomar a diario en la gestión. Y, en particular, para crear las condiciones que le permitirán seguir creciendo, consolidando sus posiciones en los cambiantes mercados e incrementar de forma consistente la rentabilidad.

No existe otra forma para progresar: hacer siempre lo mismo sólo conduce a lograr los mismos resultados (ni más ni menos).
Leer más...

El Poder de la debilidad



Muchas personas suponen que, cuando negocian, sus intereses y necesidades están en contraposición con los intereses y necesidades de la otra parte. Constantemente encontramos situaciones donde las personas están convencidas que -para ganar- el otro debe perder. Por ejemplo, en ambientes laborales competitivos, los empleados de un mismo sector aspiran a ser ascendidos al cargo de su jefe. Cuando éste se retire, piensan ellos, sólo puede haber un único ganador (el que obtenga el cargo).

Para muchos, la vida es una competencia permanente donde la posibilidad de salir victorioso depende -en gran medida- de "ser más fuerte que los demás". Esta orientación propicia estrategias y tácticas de enfrentamiento, que buscan quedarse con "la porción más grande de la torta". Estos esfuerzos competitivos, con gran frecuencia inhiben la búsqueda de opciones creativas que permiten "agrandar la torta". Y, evidentemente, de una torta que no se ha agrandado, las porciones a repartir son cada vez más pequeñas...

"Es importante suspender momentáneamente la crítica y poder inventar.
No sólo hay que pensar en acortar la brecha entre las dos posiciones,
sino más bien en ampliar las opciones; agrandar la torta"

- William Ury -


El Poder de la fuerza

El concepto de "Poder" en una negociación, se asocia generalmente al hecho de "ser más fuerte".
La mayoría de las personas piensan que -en una negociación- no puede existir el triunfo de uno sin la derrota del otro. Porque, para que uno gane, el otro debe perder.
Por ello, la búsqueda de superioridad y dominio se convierte en la única estrategia significativa.
Pero... ¿no existe otra alternativa?

El propósito al negociar es obtener lo que deseamos de la mejor manera posible, o sea, alcanzar nuestra máxima satisfacción con el mínimo "costo" posible.
Pero... ¿debe esto ocurrir siempre "a costa" de la otra persona?

Cuando "los fuertes" participan de una negociación, alardean de tener el poder sobre todo y sobre todos. Pueden -y de hecho lo intentarán- ganar a toda costa.
Tienen tanto que consiguen satisfacer toda su avidez y, además, gozan viendo a su adversario con las manos vacías.
Desde un tradicional escenario de "débiles y fuertes", vemos a estas personas como poderosas e invencibles porque se imponen sobre sus oponentes.
Pero... ¿qué pensarían estas personas si les dijésemos
"tu poder no es más que una muestra de tu debilidad"?...
Probablemente se echarían a reír, porque desconocerían el Poder de la debilidad.

El Poder de la debilidad

Piense por un instante en las desventajas del supuestamente "fuerte"...

  •  Pierde la oportunidad de conocer con más profundidad a la otra persona, por considerarla apenas un "adversario inferior a él".
  • · Limita todos sus argumentos a pedidos intransigentes y ofertas ridículas, por "pararse" en una posición inicial extrema.
  • Regatéa hasta el cansancio, logrando apenas unos centímetros más de "soga".
  • · Echa a perder una futura relación, porque su "oponente" deja la negociación sintiéndose estafado y defraudado.
  • · Desperdicia energías y soporta desgastes innecesarios por pretender probar enfáticamente su postura.
  • · Cierra las puertas al diálogo. Sub-utiliza la comunicación, limitándose a menospreciar y a ofender a la otra persona
  • · Encierra la negociación en un clima de enojo, frustración, resentimiento, desconfianza y hostilidad.


La "debilidad", de alguna manera tiene siempre implícito un potencial de poder. Un poder distinto y poco reconocido, pero que en realidad muchas personas (sin saberlo y sin saberlo utilizar) tienen escondido y latente.
El supuestamente "débil" sabe que se encuentra en esa situación, pero no la considera como fuente de poder, porque no alcanza a ver que, desde la posición de debilidad que le sugiere su oponente, puede emerger su "gran estrategia de poder":

la estrategia de la debilidad.

Aunque parezca una exageración, existen más de cien tipos de poder que pueden ejercerse en una negociación "sin el uso de la fuerza" (y no sólo la fuerza física, sino la presión verbal y la intimidación).

"Jamás se penetra por la fuerza en un corazón."
- Molière -


La legitimidad, por ejemplo, es una fuente de poder.
También lo son la integridad; el compromiso; la tolerancia y el conocimiento de las necesidades propias y del otro.
La persistencia, las habilidades de persuasión y la capacidad de análisis son asimismo otras de las formas que toma el poder durante una negociación.
¿Qué tiene de débil alguien que genera poder desde sí mismo y no desde la fuerza sobre el otro?... Absolutamente nada.

Un sentido de equidad, comprensión y motivación da mucho más poder, que la coerción o la manipulación.
Mostrar dedicación e interés en el proceso y conservar en todo momento el respeto hacia el otro, es Poder.

Ganarse la confianza de la otra parte, lograr de ella una postura honesta y hacerla sentirse apoyada y comprendida es muy poderoso en una negociación.

"Tu aparente debilidad no es más que una muestra de tu inmenso poder".

El poder que se tiene, aún desde la etiqueta de "débil", es mayor que aquel que se cree tener.

Pensemos que, si no poseyéramos poder alguno, no tendríamos adversarios.

Si una persona disputa con otra, significa que necesita algo de ella. No existiría negociación si todo el poder estuviese de un único lado.

La efectividad de un proceso de negociación, reside en que ambas partes ganen.
Esto sólo es posible si los protagonistas, en lugar de utilizar el poder individual para someter "el débil al fuerte", buscan generar un valor genuino en la negociación y fortalecerse en el camino...
Leer más...

Discurso de Steve el creador de Apple Macintosh

Actualizacion al 18-10-07

ver

Discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford durante la apertura del curso. Subtítulos en español


El discurso subtitulado al español que Steve Jobs dio en la universidad de Stanford sigue siendo cada vez más visto. 180.000 personas y subiendo. A petición de algunos usuarios he aquí el texto íntegro de la traducción del discurso. Una vez más recordar y dar las gracias al blog Memoria de Acceso Aleatorio porque su traducción sirvió de base para el trabajo final.

Texto del discurso. Steve Jobs, Stanford. Apertura del Curso 2005

Gracias

Tengo el honor de estar hoy aquí con vosotros en vuestro comienzo en una de las mejores universidades del mundo. La verdad sea dicha, yo nunca me gradué.

A decir verdad, esto es lo más cerca que jamás he estado de una graduación universitaria.

Hoy os quiero contar tres historias de mi vida. Nada especial. Sólo tres historias.

La primera historia versa sobre "conectar los puntos".

Dejé la Universidad de Reed tras los seis primeros meses, pero después seguí vagando por allí otros 18 meses, más o menos, antes de dejarlo del todo. Entonces, ¿por qué lo dejé?

Comenzó antes de que yo naciera.

Mi madre biológica era una estudiante joven y soltera, y decidió darme en adopción. Ella tenía muy claro que quienes me adoptaran tendrían que ser titulados universitarios, de modo que todo se preparó para que fuese adoptado al nacer por un abogado y su mujer.

Solo que cuando yo nací decidieron en el último momento que lo que de verdad querían era una niña.

Así que mis padres, que estaban en lista de espera, recibieron una llamada a medianoche preguntando:

"Tenemos un niño no esperado; ¿lo queréis?"

"Por supuesto", dijeron ellos.

Mi madre biológica se enteró de que mi madre no tenía titulación universitaria, y que mi padre ni siquiera había terminado el bachillerato, así que se negó a firmar los documentos de adopción. Sólo cedió, meses más tarde, cuando mis padres prometieron que algún día yo iría a la universidad.

Y 17 años más tarde fui a la universidad. Pero de forma descuidada elegí una universidad que era casi tan cara como Stanford, y todos los ahorros de mis padres, de clase trabajadora, los estaba gastando en mi matrícula.

Después de seis meses, no le veía propósito alguno. No tenía idea de qué quería hacer con mi vida, y menos aún de cómo la universidad me iba a ayudar a averiguarlo.

Y me estaba gastando todos los ahorros que mis padres habían conseguido a lo largo de su vida. Así que decidí dejarlo, y confiar en que las cosas saldrían bien.

En su momento me dio miedo, pero en retrospectiva fue una de las mejores decisiones que nunca haya tomado.

En el momento en que lo dejé, ya no fui más a las clases obligatorias que no me interesaban y comencé a meterme en las que parecían interesantes. No era idílico. No tenía dormitorio, así que dormía en el suelo de las habitaciones de mis amigos, devolvía botellas de Coca Cola por los 5 céntimos del envase para conseguir dinero para comer, y caminaba más de 10 Km los domingos por la noche para comer bien una vez por semana en el templo de los Hare Krishna.

Me encantaba.

Y muchas cosas con las que me fui topando al seguir mi curiosidad e intuición resultaron no tener precio más adelante.

Os daré un ejemplo.

En aquella época la Universidad de Reed ofrecía la que quizá fuese la mejor formación en caligrafía del país. En todas partes del campus, todos los póster, todas las etiquetas de todos los cajones, estaban bellamente caligrafiadas a mano.

Como ya no estaba matriculado y no tenía clases obligatorias, decidí atender al curso de caligrafía para aprender cómo se hacía.

Aprendí cosas sobre el serif y tipografías sans serif, sobre los espacios variables entre letras, sobre qué hace realmente grande a una gran tipografía.

Era sutilmente bello, histórica y artísticamente, de una forma que la ciencia no puede capturar, y lo encontré fascinante. Nada de esto tenía ni la más mínima esperanza de aplicación práctica en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer ordenador Macintosh, todo eso volvió a mí.

Y diseñamos el Mac con eso en su esencia. Fue el primer ordenador con tipografías bellas. Si nunca me hubiera dejado caer por aquél curso concreto en la universidad, el Mac jamás habría tenido múltiples tipografías, ni caracteres con espaciado proporcional. Y como Windows no hizo más que copiar el Mac, es probable que ningún ordenador personal los tuviera ahora. Si nunca hubiera decidido dejarlo, no habría entrado en esa clase de caligrafía y los ordenadores personales no tendrían la maravillosa tipografía que poseen.

Por supuesto, era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en clase, pero fue muy, muy claro al mirar atrás diez años más tarde.

Lo diré otra vez: no puedes conectar los puntos hacia adelante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tenéis que confiar en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea.

Esta forma de actuar nunca me ha dejado tirado, y ha marcado la diferencia en mi vida.

Mi segunda historia es sobre el amor y la pérdida.

Tuve suerte — supe pronto en mi vida qué era lo que más deseaba hacer. Woz y yo creamos Apple en la cochera de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos mucho, y en diez años Apple creció de ser sólo nosotros dos a ser una compañía valorada en 2 mil millones de dólares y 4.000 empleados.

Hacía justo un año que habíamos lanzado nuestra mejor creación — el Macintosh — un año antes, y hacía poco que había cumplido los 30.

Y me despidieron.

¿Cómo te pueden echar de la empresa que tú has creado?

Bueno, mientras Apple crecía contratamos a alguien que yo creía muy capacitado para llevar la compañía junto a mí, y durante el primer año, más o menos, las cosas fueron bien. Pero luego nuestra perspectiva del futuro comenzó a ser distinta y finalmente nos apartamos completamente. Cuando eso pasó, nuestra Junta Directiva se puso de su parte.

Así que a los 30 estaba fuera. Y de forma muy notoria.

Lo que había sido el centro de toda mi vida adulta se había ido y fue devastador.

Realmente no supe qué hacer durante algunos meses. Sentía que había dado de lado a la anterior generación de emprendedores, que había soltado el testigo en el momento en que me lo pasaban. Me reuní con David Packard [de HP] y Bob Noyce [Intel], e intenté disculparme por haberlo fastidiado tanto. Fue un fracaso muy notorio, e incluso pensé en huir del valle [Silicon Valley].

Pero algo comenzó a abrirse paso en mí — aún amaba lo que hacía. El resultado de los acontecimientos en Apple no había cambiado eso ni un ápice. Había sido rechazado, pero aún estaba enamorado. Así que decidí comenzar de nuevo.

No lo vi así entonces, pero resultó ser que el que me echaran de Apple fue lo mejor que jamás me pudo haber pasado.

Había cambiado el peso del éxito por la ligereza de ser de nuevo un principiante, menos seguro de las cosas. Me liberó para entrar en uno de los periodos más creativos de mi vida. Durante los siguientes cinco años, creé una empresa llamada NeXT, otra llamada Pixar, y me enamoré de una mujer asombrosa que se convertiría después en mi esposa.

Pixar llegó a crear el primer largometraje animado por ordenador, Toy Story, y es ahora el estudio de animación más exitoso del mundo. En un notable giro de los acontecimientos, Apple compró NeXT, yo regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT es el corazón del actual renacimiento de Apple. Y Laurene y yo tenemos una maravillosa familia.

Estoy bastante seguro de que nada de esto habría ocurrido si no me hubieran echado de Apple. Creo que fue una medicina horrible, pero supongo que el paciente la necesitaba. A veces, la vida te da en la cabeza con un ladrillo. No perdáis la fe. Estoy convencido de que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía. Tenéis que encontrar qué es lo que amáis. Y esto vale tanto para vuestro trabajo como para vuestros amantes.

El trabajo va a llenar gran parte de vuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideréis un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hagáis. Si aún no lo habéis encontrado, seguid buscando.

No os conforméis.

Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado. Y como en todas las relaciones geniales, las cosas mejoran y mejoran según pasan los años. Así que seguid buscando hasta que lo encontréis.

No os conforméis.

Mi tercera historia es sobre la muerte.

Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo como: "Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón". Me marcó, y desde entonces, durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: "Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?" Y si la respuesta era "No" durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.

Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida.

Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante.

Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón.

Hace casi un año me diagnosticaron cáncer.

Me hicieron un chequeo a las 7:30 de la mañana, y mostraba claramente un tumor en el páncreas. Ni siquiera sabía qué era el páncreas. Los médicos me dijeron que era prácticamente seguro un tipo de cáncer incurable y que mi esperanza de vida sería de tres a seis meses. Mi médico me aconsejó que me fuese a casa y dejara zanjados mis asuntos, forma médica de decir: prepárate a morir.

Significa intentar decirle a tus hijos en unos pocos meses lo que ibas a decirles en diez años. Significa asegurarte de que todo queda atado y bien atado, para que sea tan fácil como sea posible para tu familia. Significa decir adiós.

Viví todo un día con ese diagnóstico.

Luego, a última hora de la tarde, me hicieron una biopsia, metiéndome un endoscopio por la garganta, a través del estómago y el duodeno, pincharon el páncreas con una aguja para obtener algunas células del tumor. Yo estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que cuando vio las células al microscopio el médico comenzó a llorar porque resultó ser una forma muy rara de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía.

Me operaron, y ahora estoy bien. Esto es lo más cerca que he estado de la muerte, y espero que sea lo más cerca que esté de ella durante algunas décadas más. Habiendo vivido esto, ahora os puedo decir esto con más certeza que cuando la muerte era un concepto útil, pero puramente intelectual:

Nadie quiere morir.

Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la Muerte es posiblemente el mejor invento de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo.

Ahora mismo lo nuevo sois vosotros, pero dentro de no demasiado tiempo, de forma gradual, os iréis convirtiendo en lo viejo, y seréis apartados. Siento ser tan dramático, pero es bastante cierto. Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro.

No os dejéis atrapar por el dogma que es vivir según los resultados del pensamiento de otros.

No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior.

Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición.

De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser.

Todo lo demás es secundario.

Cuando era joven, había una publicación asombrosa llamada The Whole Earth Catalog [Catálogo de toda la Tierra], una de las biblias de mi generación. La creó un tipo llamado Stewart Brand no lejos de aquí, en Menlo Park y la trajo a la vida con su toque poético. Eran los últimos años 60, antes de los ordenadores personales y la autoedición, así que se hacía con máquinas de escribir, tijeras, y cámaras Polaroid. Era como Google con tapas de cartulina, 35 años de que llegara Google, era idealista, y rebosaba de herramientas claras y grandes conceptos. Stewart y su equipo sacaron varios números del The Whole Earth Catalog, y cuando llegó su momento, sacaron un último número.

Fue a mediados de los 70, y yo tenía vuestra edad.

En la contraportada de su último número había una fotografía de una carretera por el campo a primera hora de la mañana, la clase de carretera en la que podrías encontrarte haciendo autoestop si sois aventureros. Bajo ella estaban las palabras:

"Sigue hambriento. Sigue alocado".

Era su último mensaje de despedida. Sigue hambriento. Sigue alocado.

Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora, cuando os graduáis para comenzar de nuevo, os deseo eso a vosotros.

Seguid hambrientos. Seguid alocados.

Muchísimas gracias a todos.

Leer más...