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Artículo original escrito por Jero Sánchez. Sígueme en Twitter.
Berto Pena se ha convertido en los últimos tiempos en todo un referente en cuanto a productividad personal en español se refiere. Desde su blog ThinkWasabi, y ahora con su nuevo libro “Gestiona mejor tu vida. Claves y hábitos para ser más productivo y eficaz”, nos propone nuevas ideas y enfoques originales para alcanzar nuestros objetivos vitales, de forma creativa y relajada.
Algunas de sus propuestas son realmente interesantes. Inicialmente pensaba escribir una simple reseña del libro, pero rápidamente me di cuenta de que un sólo artículo no le haría verdadera justicia. Por eso, con este artículo doy comienzo a una serie en la que espero poder presentar las ideas de Berto de forma clara y sencilla, y animaos a adquirir su libro, repleto de casos prácticos y la prosa sencilla y amena de Berto, que estoy seguro no os defraudará.
Principios de la productividad
Desde el principio queda claro que este libro no es otro libro más de productividad. Antes siquiera de entrar en el núcleo del asunto, Berto hace hincapié en lo que yo llamo sus 3 principios fundamentales de la productividad, y que marcan una gran diferencia con otros métodos y sistemas productivos:
Principio #1. Eliminar los malos hábitos. La productividad no se trata tanto de organizar tareas y proyectos, como de identificar malos hábitos y sustituirlos por otros que sean beneficiosos para nuestros objetivos personales.
Principio #2. Aprovechar la tecnología que está a nuestro alcance. Lejos de ser un problema, la tecnología debe ser nuestra aliada. Por suerte o por desgracia, la mayoría de nosotros tenemos que utilizar el ordenador e Internet para hacer nuestro trabajo. No podemos ignorar la tecnología a la hora de ser productivos, así que más vale que aprendamos a usarla y le saquemos el máximo provecho.
Principio #3. Gestionar nuestra persona. El tiempo no se puede gestionar, pero sí podemos decidir lo que hacemos con él en cada momento. Así que el verdadero reto no consiste en gestionar el tiempo, sino en saber gestionarnos a nosotros mismos, de forma que hagamos sólo lo que nos aporte valor, e ignoremos el resto.
Beneficios vitales y decálogo personal
Antes de entrar en más detalles, Berto nos deja un par de herramientas que serán de vital importancia a la hora de empezar a trabajar, como veremos luego.
La primera es una lista de los 5 beneficios vitales de ser productivos: 1) trabajaremos utilizando nuestro máximo potencial creativo; 2) disfrutaremos de un estado permanente de relajación y control; 3) facilitaremos nuestro crecimiento personal y profesional; 4) sentiremos una profunda satisfacción por lo que hacemos y conseguimos; y 5) tendremos siempre la sensación de capacidad, que valemos más, que somos más, que podemos más.
La segunda es lo que él denomina el “decálogo personal de productividad”, una lista de nuestros objetivos personales, nuestra declaración de intenciones productivas. Debe estar compuesta por objetivos concretos, perfectamente delimitados y medibles, que despierten en nosotros el deseo genuino e intenso de alcanzarlos.
Los giros
El concepto central de Berto, y uno de los más originales que he visto en la literatura sobre productividad, es lo que él denomina “giros”. Estos son conjuntos de cambios a diferentes niveles que nos ayudarán a corregir conductas indeseables, sustituyéndolas por hábitos que sean beneficiosos para nuestra productividad personal.
Como explica muy bien en su libro, la idea con cada giro es ir incluyendo poco a poco ciertos cambios en nuestras rutinas diarias. Después, a base de repetición iremos construyendo el hábito, hasta que finalmente llevemos a cabo las nuevas conductas de forma espontánea.
Berto propone 35 cambios, agrupados en 7 giros: proactividad, perspectiva, simplicidad, enfoque, método, autocontrol y evaluación. Cada cambio irá “llamando” a otros, de forma que se autoalimentarán y autorreforzarán a medida que vayamos implantando los giros.
Ahora bien, aunque este proceso no es complicado, hay que tener en cuenta 9 reglas básicas si queremos que la cosa funcione:
1. Proponer cambios pequeños. Intentar cambios asequibles y, sobre todo, un cambio a la vez.
2. Proponer cambios concretos. Que los cambios estén definidos de forma precisa, que sean tangibles y puedas decidir fácilmente si los has conseguido o no.
3. Proponer cambios que te motiven. Conectar estos pequeños retos con el decálogo personal, de forma que nos sintamos impulsados a hacerlo, con ilusión y emoción.
4. Repetir los cambios cada día. Repetir las nuevas conductas hasta que se conviertan en hábito y nos salgan de forma espontánea.
5. Medir los avances. Cada día, recoger por escrito los avances y dificultades, para poder encontrar soluciones a los problemas que nos encontremos.
6. No reprocharse por los errores. Todos nos equivocamos, forma parte del proceso de cambio. En lugar de martirizarnos por los fallos, es mejor buscar la causa y proponer soluciones para no volver a fallar.
7. Armarse de paciencia. Cada persona tiene su ritmo, y a unos nos cuesta cambiar más que a otros. Modificar una conducta de años lleva su tiempo; no hay atajos.
8. Armarse de determinación. Habrá momentos de flaqueza y desmotivación. En esos momentos, debemos centrarnos en los beneficios de la productividad y nuestro decálogo personal en busca de inspiración y motivación.
9. Saborear el éxito. A medida que vayamos consiguiendo las pequeñas victorias, debemos saborear el triunfo, disfrutarlo y premiarnos por el trabajo bien hecho.
Y hasta aquí la introducción al método. En próximas entregas de la serie profundizaremos en los 7 giros, terminando con las propuestas de Berto para combinar productividad y tecnología –una de las partes más interesantes del libro, por cierto.
Artículos de la serie
Primer giro: Proactividad (en preparación)
Segundo giro: Perspectiva (en preparación)
Tercer giro: Simplicidad (en preparación)
Cuarto giro: Enfoque (en preparación)
Quinto giro: Método (en preparación)
Sexto giro: Autocontrol (en preparación)
Séptimo giro: Evaluación (en preparación)
Productividad y tecnología (en preparación)
¿Qué te parece el planteamiento de Berto? Deja tu opinión en un comentario.
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