Administrando Acciones: El Enfoque Multidireccional
Es necesario controlar los compromisos, proyectos y acciones de dos maneras: horizontal y vertical.
El control horizontal es el que nos permite mantener la coherencia entre todas las actividades que realizamos.
La mente analiza constantemente el entorno, como si se tratara de un radar, y es capaz de fijarse en cualquiera de los millones de asuntos diferentes que nos pueden llamar la atención durante un día cualquiera.
Es un sistema fantástico que nos permite registrar y proporcionar información sobre un volumen ingente de cosas y que además nos permite cambiar nuestro centro de atención de una forma fácil y rápida.
La administración de acciones horizontal consiste en decidir qué acción tomar de entre todas las que podrías llevar a cabo en un momento determinado.
El control vertical, por el contrario, dirige las subidas y bajadas del pensamiento por la escalera de asuntos propios y de proyectos individuales. Es el que se encarga de la planificación de proyectos en su sentido más amplio.
Se trata de centrarse en un sólo aspecto, situación o persona y desarrollar cualquier idea, detalle o secuencia de acontecimientos necesarios para que nos podamos encargar de ello.
La administración de acciones vertical consiste en decidir cuáles son las próximas acciones de todos tus proyectos abiertos.
Tanto la administración vertical como la horizontal persiguen los mismos objetivos: sacar las cosas de la mente y hacerlas.
Si eres capaz de administrar tus acciones de la forma adecuada, te sentirás en todo momento dueño de la situación. Serás capaz de prestar atención a las cosas importantes y cuando tengas que centrarte en un proyecto, podrás abordarlo rápidamente y verás con claridad qué es necesario para desarrollarlo.
El control horizontal es el que nos permite mantener la coherencia entre todas las actividades que realizamos.
La mente analiza constantemente el entorno, como si se tratara de un radar, y es capaz de fijarse en cualquiera de los millones de asuntos diferentes que nos pueden llamar la atención durante un día cualquiera.
Es un sistema fantástico que nos permite registrar y proporcionar información sobre un volumen ingente de cosas y que además nos permite cambiar nuestro centro de atención de una forma fácil y rápida.
La administración de acciones horizontal consiste en decidir qué acción tomar de entre todas las que podrías llevar a cabo en un momento determinado.
El control vertical, por el contrario, dirige las subidas y bajadas del pensamiento por la escalera de asuntos propios y de proyectos individuales. Es el que se encarga de la planificación de proyectos en su sentido más amplio.
Se trata de centrarse en un sólo aspecto, situación o persona y desarrollar cualquier idea, detalle o secuencia de acontecimientos necesarios para que nos podamos encargar de ello.
La administración de acciones vertical consiste en decidir cuáles son las próximas acciones de todos tus proyectos abiertos.
Tanto la administración vertical como la horizontal persiguen los mismos objetivos: sacar las cosas de la mente y hacerlas.
Si eres capaz de administrar tus acciones de la forma adecuada, te sentirás en todo momento dueño de la situación. Serás capaz de prestar atención a las cosas importantes y cuando tengas que centrarte en un proyecto, podrás abordarlo rápidamente y verás con claridad qué es necesario para desarrollarlo.