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04 "Como tornar productiva la energía".El Ejecutivo Eficiente



El Ejecutivo Eficiente ( Peter Drucker.)



Capitulo Nº 4 " Como tornar productiva la energía".



El ejecutivo eficiente torna efectiva toda energía. Sabe que no se puede construir sobre la debilidad. Para lograr resultados debemos aprovechar todas las fuerzas disponibles: las de nuestros compañeros, superiores y las propias. Estas fuerzas constituyen las verdaderas oportunidades. El principal objetivo de toda organización es el de hacer producir a todas las fuerzas.



I) Provisión de cargos sobre la fuerza individual.

El área en que se produce el primer desafío de las fuerzas disponibles al ejecutivo, es la de la provisión de cargo. El ejecutivo eficiente los cubre y promociona basándose en lo que cada hombre es capaz de realizar. No adopta sus decisiones para minimizar debilidades, sino para exaltar fuerzas.

Pensar que existen hombres cabales, con fuerzas y ningún defecto que cubran los cargos de una organización, esto conduce inevitablemente a la mediocridad por no decir a la incompetencia.

El ejecutivo a quien preocupa lo que un hombre no es capaz de hacer y no lo que puede realizar e intenta por consiguiente eludir las debilidades en vez de activar las fuerzas es el mismo un hombre débil y considera al vigor ajeno como una amenaza contra su persona.

Todo ejecutivo eficiente sabe que sus subalternos son remunerados para realizar y no para agradar a sus superiores y jamas se pregunta como se comporta conmigo sino con que contribuye.

Al cubrir los cargos exige competencia en una sola área importante y no una actividad dispersa en todos los sectores.

Existen personas que se interesan por muchas cosas pero ninguna sobresale en múltiples áreas. A menos que el ejecutivo indague las fuerzas individuales y se esfuerce por aprovecharlas, solo conseguirá el impacto demostrativo de lo que un hombre no debe hacer de sus flaquezas y de su incapacidad de obrar y ser efectivo.

Un verdadero jefe exigente comienza por aclarar que es lo que cada individuo puede ejecutar bien y luego obliga a cada uno a hacer lo suyo.

Quien intenta construir combatiendo flaquezas frustra los designios de cualquier organización. Este es el instrumento para el desarrollo de las fuerzas humanas y un neutralizador de las debilidades, a las que torna inofensivas.

Se puede estructurar la organización de manera que las flaquezas sean defectos personales, ajenos al trabajo y que no influyan en los resultados, tratando de que la fuerza ocupe el primer plano.

¿Por qué hay pocos ejecutivos que activan las fuerzas?

El principal motivo es que la tarea inmediata del ejecutivo no consiste en situar individuos, sino en cubrir vacantes y esto se trata de solucionar adaptando los cargos a las personas disponibles. Pero esto no es correcto ya que cada puesto debe ser un hecho objetivo, es decir algo que emerge de la tarea a cumplir y no ajustado a la personalidad de nadie.

Todo cambio en la definición, estructuración y delimitación de un cargo en cualquier organización produce una reacción en cadena que trastorna el conjunto ya que todas las funciones son independientes y se hallan entrelazadas. No es posible que modifiquemos las tareas y responsabilidades de todo el personal, cada vez que reemplazamos a un hombre que ejecuta una sola tarea.

Pero hay una razón más importante para insistir en la impersonalidad de las funciones, solo ella permite dotar a las organizaciones de la diversidad humana que requieren y para que la diversidad sea tolerable, es necesario que las relaciones estén centradas en las tareas y no en las personas.

Adecuar el cargo al hombre es fomentar el favoritismo y el conformismo.

Todos los hombres formadores de equipo de ejecutivo de primer orden, escogen a las personas por su capacidad y no por sus gustos y antipatías personales. Para lograrlo mantienen cierta distancia entre ellos y sus más próximos colegas.

El ejecutivo eficiente para llenar los cargos según la fuerza individual (y no adaptando los cargos a las personas) se rige por cuatro normas:



1. Casi siempre los cargos son creados para seres originales y de acuerdo con su idiosincrasia. Y en general exigen un conjunto de cualidades que rara vez se encuentran en un solo individuo. Un hombre puede adquirir muy diversos conocimientos y dispares habilidades.

Todo cargo que ha derrotado a 2 o 3 hombres, aun cuando ellos se hallan desempeñado correctamente, debe ser considerado impropio de seres humanos y redelineado.

El ejecutivo eficiente se asegura primero de que la tarea este bien delimitada y si la experiencia lo contradice, no se busca un genio, si no que redelinea el cargo, por que sabe que lo importante de la organización es su capacidad propia de lograr que la gente común realice una tarea fuera de lo común.



2. Lograr que cada cargo sea importante y exigente e implique un desafío a las energías de cada hombre. Sobre todo para el trabajador cerebral primerizo ya que debe contar con la oportunidad de manifestarse plenamente. Fundamentalmente se debe comprobar si se halla ubicado en el lugar que le corresponde. Respecto del trabajo manual existen tests para poner a prueba aptitudes y habilidades, pero no poseemos un tests apropiado para el trabajador cerebral por que se revela mediante la realización.

Es fácil cambiar de empleo en la juventud, pero cuando están diez años o más en una organización, se torna difícil, sobre todo para quienes nunca fueron demasiados efectivos.

Por ello el trabajador cerebral joven debe preguntarse si se halla en el puesto apropiado y en el sitio ideal para el desarrollo de su fuerza, pero no podrá formularse esa pregunta si su trabajo inicial es demasiado insignificante y sencillo y ha sido adaptado a su falta de experiencia, en lugar de obligarlo a poner en juego sus posibilidades. Esto provoca que el joven desiste o bien declinar hacia una prematura adultez y se torna amargo, cínico e improductivo.



3. El ejecutivo eficiente sabe que debe empezar por descubrir que puede realizar un hombre, antes de atender a los requerimientos del cargo, esto implica que piensa en el hombre antes de cubrir la vacante y haciendo abstracción del cargo.

Se realizan sistema de evaluación que evalúa al individuo antes de resolver si puede ser promovido a un cargo superior. Casi todas las grandes organizaciones disponen de un sistema de evaluación propia pero pocas de ellas lo aplican.

Un ejecutivo que enfoca los defectos, según otras evaluaciones destruye la integridad de los vínculos con sus subordinados. Los ejecutivos que sabotean las evaluaciones que establecen los manuales de administración obedecen a un sano instinto, sin embargo necesitamos algún sistema de evaluación sino evaluaremos al personal cuando no corresponda hacerlo, esto es en el momento de cubrir los cargos.

El ejecutivo eficiente suele redactar su propio cuestionario. Comienza por describir las más importantes contribuciones que se aguardaran y se espera aun de una persona comparando estas metas con el registro de los actos realizados. Enfoca la fuerza individual y comienza por considerar lo que un individuo puede realizar.

4. El ejecutivo eficiente sabe que para activar las fuerzas hay que tolerar los defectos y se pregunta si la persona puede actuar con fuerza en un área única y fundamental y concuerda su fuerza con su labor. Y si llega a la perfección de esa área única, realizará una faena significativamente compensadora. Si cumple esto lo designará para el cargo.

El ejecutivo eficiente no admite al hombre indispensable y tiene tres explicaciones respecto de el, o es incompetente y solo puede sobrevivir si se lo mantiene al margen de cualquier exigencia, o su fuerza es desperdiciada para apuntalar a un superior que por si mismo no haría hincapié o su energía es malgastada en postergar el tratamiento de un problema, cuando no es su ocultamiento. En cualquiera de estas tres situaciones el hombre indispensable debe ser removido lo mas pronto posible.

Todo ejecutivo tiene el deber de reemplazar sin miramiento a quien no trabaje con gran discernimiento, sobre todo en el Plano Gerencial ya que esto corrompe a los demás y se produce una injusticia contra la organización y sus subordinados, a quienes la insuficiencia de su jefe priva de oportunidades para realizarse y merecer recompensa alguna.

Todo jefe es responsable del trabajo de otras personas e influye en sus carreras, Activar las fuerzas individuales constituye un imperativo moral, una responsabilidad por parte de quien ejerce autoridad desde su posición. Enfocar los defectos es un signo de irresponsabilidad.

La organización ha de cooperar con el individuo para que este se valga de sus defectos o limitaciones.

Es esencial para la efectividad de la organización y del ejecutivo, como así también para el individuo y para esta sociedad basada en el trabajo cerebral, cubrir los puestos atendiendo a la fuerza personal.



II. Como tratar con el Jefe.

El ejecutivo eficiente se empeña en que la fuerza de su propio jefe se desarrolle plenamente. El secreto consiste en activar las fuerzas del superior y esta es la clave de la propia efectividad del subordinado, porque le permitirá concentrarse en su personal contribución, de modo que hallará eco en las altas esferas, donde su aporte será utilizado de esa manera realizará y dará forma a las cosas en las que el mismo cree.

El ejecutivo eficiente se pregunta: que hace el jefe bien, que ha hecho bien, que necesita saber para emplear sus fuerzas, que aporte requiere de mi parte para poder realizar y no se preocupa por lo que su jefe no puede hacer.

El ejecutivo eficiente sabe que su jefe es un ente humano y tiene un modo particular de ser efectivo y trata de descubrir esa modalidad, que tiene que ver con maneras y hábitos, estos constituyen hechos positivos.



III. Como ser efectivo.

El ejecutivo eficiente saca provecho de lo que es capaz de hacer y es consciente de lo que no le permite realizar. Por ello es malgastar su tiempo y sus fuerzas quejándose por que no pueden hacer esto o aquello.

El ejecutivo eficiente adolece de limitaciones, pero es asombroso el número de cosas que puede y vale la pena que intente realizar. Mientras los demás se lamentan por no poder hacer nada el ejecutivo eficaz sigue adelante y realiza.

Si el ejecutivo eficiente se pregunta que puede hacer, seguro que podrá realizar mucho mas de lo que su tiempo y sus recursos le permiten efectuar. Es más eficaz como teórico que divide y plantea problemas que como hombres que toman decisiones y se hacen responsables de ellas.

El ejecutivo eficiente sabe que es más fácil aumentar el rendimiento de un líder que el de una masa de individuos. En consecuencia se asegura de que el hombre al que ha confiado la jefatura y la misión establecer las pautas y tomar decisiones, posea la fuerza necesaria para realizar una tarea sobresaliente y marcar rumbos.

La tarea del ejecutivo no consiste en cambiar a las personas sino en multiplicar la capacidad creadora del conjunto, echando mano de toda la fuerza, la salud y aspiraciones de cada individuo.