Le registran para asegurarse de que no lleva contrabando y luego le dejan marchar.
Durante dos años el hombre cruza cada día la frontera montado en burro mientras los guardias, cada día más recelosos, siempre le dejan marchar.
Años después, un guardia retirado reconoce paseando por la calle a ese hombre que tanto tiempo pasó por la frontera. Le saluda amablemente y le dice:
-Los dos sabemos que pasaba usted contrabando, ¿qué era? Dígamelo, por favor.
-Burros, responde con tranquilidad.
-Los dos sabemos que pasaba usted contrabando, ¿qué era? Dígamelo, por favor.
-Burros, responde con tranquilidad.